La rosácea es una afección cutánea que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, esto no debe ser una barrera para mantener un estilo de vida activo y saludable. El ejercicio físico no solo es beneficioso para mantenernos en forma, también tiene un efecto terapéutico ya que nos ayuda a reducir el estrés en exceso que tanto afecta a nuestro organismo y a nuestra piel.
En este artículo, te presento algunos consejos para hacer ejercicio de manera segura y minimizar el impacto de la rosácea durante tus rutinas de entrenamiento.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO PARA PERSONAS CON ROSÁCEA
Antes de abordar los consejos para hacer ejercicio con rosácea, recordemos algunos de los beneficios que el ejercicio físico puede aportar a quienes padecen esta afección:
Antes de abordar los consejos para hacer ejercicio con rosácea, recordemos algunos de los beneficios que el ejercicio físico puede aportar a quienes padecen esta afección:
- Reducción del estrés: El estrés es un factor desencadenante común de los brotes de rosácea. La práctica regular de ejercicio ayuda a reducir los niveles de estrés, lo que puede tener un efecto positivo en la mejora de los síntomas.
- Mejora de la circulación sanguínea: El ejercicio promueve una mejor circulación sanguínea, lo que contribuye a mantener una piel más saludable y nutrida.
- Efecto antiinflamatorio: Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio puede tener un efecto antiinflamatorio en la piel, lo que podría ayudar a reducir la inflamación asociada con la rosácea.
- Eliminación de toxinas: El sudor generado durante el ejercicio ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, lo que puede ser beneficioso para la piel.
CONSEJOS PARA HACER DEPORTE CON ROSÁCEA
A continuación, te propongo algunos consejos prácticos para realizar ejercicio de forma segura y evitar posibles desencadenantes de la rosácea:
- Divide tu entrenamiento: Si tienes rosácea y temes que el ejercicio prolongado e intenso pueda provocar brotes, considera dividir tu rutina en bloques de menor duración a lo largo del día. Por ejemplo, realizar varias sesiones de ejercicio de 15 minutos, 3 veces al día, en lugar de una sola sesión larga. Incrementa de manera progresiva si evolucionas correctamente.
- Ambiente adecuado: Si optas por hacer ejercicio en interiores, asegúrate de que el espacio esté bien ventilado para evitar el calor y la sudoración excesiva, que pueden desencadenar la rosácea.
- Evita climas calurosos: Si prefieres ejercitarte al aire libre, trata de evitar las horas más calurosas del día o los climas extremadamente cálidos, ya que esto puede aumentar la posibilidad de brotes.
- Protección solar: La protección solar es esencial para cualquier persona, pero especialmente importante para quienes tienen rosácea. Utiliza protector solar de amplio espectro y aplícalo antes de realizar actividades al aire libre.
- Mantente hidratado/a: El agua es esencial para mantener la piel hidratada y evitar la sequedad que a menudo acompaña a la rosácea. Bebe suficiente agua antes, durante y después del ejercicio.
- Técnicas de enfriamiento: Si sientes que tu piel se calienta demasiado durante el ejercicio, toma descansos regulares y utiliza técnicas de enfriamiento, como una toalla fría o agua fresca sobre el rostro, para refrescarte.
- Evita el sobrecalentamiento: El sobrecalentamiento del cuerpo puede ser un desencadenante de brotes de rosácea. Elige entornos frescos y usa ropa transpirable que ayude a controlar la sudoración excesiva.
Siguiendo estos consejos y escuchando las necesidades de tu cuerpo, puede ayudarte a mantener una rutina de ejercicio segura y efectiva.
¡Aprovecha los beneficios del ejercicio para mejorar tu bienestar físico y emocional!